La pequeña Zoe fue engañada por ojos café,
aunque sabe que su amiga no lo hizo en mala fe,
Zoe no sabe en qué momento su pudor se fue.
Todo empezó como un simple e inocente juego de niñas,
Zoe no sabe en qué momento descubrió que los labios de su amiga sabían a piña.
Upss, empezó la riña,
por lo que estaba mal, por lo que estaba bien, ya que según mami así no se comporta una niña.
En fin Zoe tiene muchas cosas que pensar,
como por ejemplo si las pecas de su amiga esta noche terminaría de contar,
o dejarte a el azar donde sus manos se han de posar,
o tal vez llegarse a sonrojar si las manos de su amiga se han de resbalar.
Ahora la pequeña Zoe se pregunta cómo fue que por su amiga se dejo llevar,
¿Será por su movimiento que te lleva a pecar mientras te incita a palpar?
¿Será por su figura inocente? Que en un pestañeo te miente.
¿Será por el rosa de sus labios? Que no hace más que meterte en líos.
¿Será por su cabello de Medusa? Con el que te enreda y luego te usa.
En fin Zoe no sabe como paso,
ni que fue lo que sucedió,
solo sabe que en los ojos de su amiga se extravió
y aunque en un principio lo evito ,
la sensación fue creciendo a diario,
así que en un secreto lo convirtió.
De día eran amigas en el colegio
y de noche a escondidas cometían sacrilegios.
En una de esas noches de frio mami se despertó al escuchar un gemido
y a el cuarto de Zoe de dirigió,
al observar lo acontecido
al piso mami dejo caer su rosario
para luego de su boca dejar salir un sucio vocabulario.
Zoe pasó semanas en su habitación,
sin sentir en su piel el calor del sol.
Pasaba los días contando como caían las hojas de un viejo árbol
Y contando los ladrillos en la pared, esos que la hacían sentir como en una prisión,
esos mismos que mami en navidad pinto de color tornasol.
Mientras el tiempo pasaba Zoe entraba en un periodo de desesperación,
sentía que empezaba a perder el control,
ya que no tenía el valor para cambiar su situación.
El tiempo pasó y mami se calmo
Porque un idiota de el tamaño de un gorila para que fuera su novio le busco,
a pesar de que Zoe no sentía nada por el sin discutir mucho lo acepto,
asi la monotonía de su vida se apodero
y se vio sentenciada a soñar con esos ojos cafes a diario.
Eran tantas las cosas que pasaban por su cabeza,
¿Acaso era justo tener que esconder lo que sentía tras una corteza?
Solo porque según mami lo que ella sentía no era de esta naturaleza.
Y así día tras día estos pensamientos la acechaban, cual depredador a su presa.
Mami se despertó al sentir el olor de un habano,
era de su esposo que ebrio se había quedado dormido junto al piano.
Mami se dirigió al cuarto de Zoe como por reflejo humano,
y al abrir la puerta encontró a Zoe sin vida con una caja de Rivotril en la mano.
Mami pudo percatarse de una nota escrita con desgano,
la cual decía “Adiós, me fui a buscar mis ojos cafés en un lugar lejano.”
Y así se despidió Zoe en una calurosa noche de verano.
Autor.
Franciscar Perez