Desperté luego de sentir que estaba muriendo lentamente y pedí que este día fuese completamente diferente y así lo fue...
Un mensaje llegó y el silencio de la habitación desaparecio. Era como si tenía que aceptar lo que pasaria este día porque de una u otra forma él ya lo sabia.
Sentir esa mirada de nuevo tan cerca de él era como si estuviera viviendo un dejavu de emociones, era como paralizar el tiempo ya que es su turno de disfrutar de ese momento. Volver a sentir esa conexión fue reconfortable, divertido y perverso ya que él muy bien sabía a dónde se estaba metiendo...
Y así fue, él literalmente estaba tan excitado cuando su compañero lo halaba hacia a él. Sus miembros chocaban causando fuertes erecciones, era beso tras besos y algún que otro receso... La canción que estaba de fondo se prestó para bailar, luego de una gran pieza la ropa empezó a estorbar. El taxi ya llegaba porque uno de los dos ya había tomado la decisión que otro set los esperaba.
Sus besos fueron más que esas canciones de fondo, dónde los susodichos se querían desnudar y sentir ese calor corporal, fue un espacio del tiempo completamente diferente, era conectar alguna parte del sistema y sentir esa misma curiosidad de saber quién es esa persona. Su respiración entre cortada por el momento estaba más hermosa de lo habitual porque ellos sabían que más de eso no podía pasar...
Sus manos se posaron en la yugular y con un poco de fuerza algunas cosas empezaron a cambiar, los jadeos eran la melodía perfecta que se escuchaban en todo el lugar. con mano en la espalda lo empezo a tocar, fue tan delicioso sentir ese umbral y que con algunas impurezas el escenario comenzó a cambiar.
Los miembros erectos salieron a la luz y el presemen del momento ya no era algún tabú, el oral pasa hacer otro plano pero aún así no podían dejar algunas de sus manos, el momento se prestó y la nota hizo estragos en el ambiente y lo único que se oía en el fondo era que uno de los dos miente...
La excitación llegó a su clímax y la consistencia del resultado se esparcía en su barbilla. Aún ahí la cosa no termina ya que sus 18 centímetros rompía líneas finas.
El jadeo fue mayor y no se escuchaba otra cosa en la habitación que no fuera algunos tratos más allá de esos que tienen los gatos.
Su piel blanca resplandecia por la luz que se colaba en la ventana y fue alli cuando esa respiración tan fuerte se acabó y tumbados en esa cama el pecado se quedó.
Fin.
