domingo, 28 de junio de 2015

CAPITULO III - ¿QUIMICA?



   La Universidad  inicio hace dos semanas y la etapa para inscribirse a los equipos deportivos comenzó hoy, Fútbol, Béisbol, Baloncesto, Voleibol y Natación eran los más buscados, mi preferido de todos es el Béisbol y me comenzó a gustar mucho más desde que escuche que Dayer era uno de los nuevos prospectos de este año.

   Los entrenamientos comenzaron y todo el mundo estaba en el vestidor cambiándose y hablando de cosas banales, el cielo todavía no estaba totalmente claro sin embargo, cuando el sonido de silbato sonó desde la cancha, Alejo luchaba por salir del vestidor, todos llevaban el uniforme del equipo junto con sus zapatos deportivos y el casco.
    Alejo bajó y vio inmediatamente a Dayer que llevaba el uniforme de otro color y tenía un guante en su mano. El casco lucia muy bien en él, pero la expresión en su cara seguía siendo la misma, amargado. Creo que esto del deporte le daba a Dayer un aspecto aún más atractivo. Alejo tuvo la oportunidad de estar al lado de Dayer un momento pero el Entrenador hizo sonar su silbato, y el grupo muy ruidoso de chicos se calmó. Sus manos estaban detrás de él, mientras caminaba hacia atrás y adelante en frente de ellos, antes de que empezara su apasionado discurso:


   “A todos ustedes, buenos días, a partir de hoy hasta la próxima semana, voy a ser su Entrenador y para los que queden en el equipo me van a ver por mucho más tiempo. Mi nombre es Andrés Martínez. Todo el mundo debe saber que el objetivo de este entrenamiento es  explorar sus capacidades como jugadores y el trabajo en equipo.”


   El Entrenador dijo un montón de cosas, pero Alejandro ni siquiera oyó una sola palabra, no podía dejar de inclinar la cabeza para observar a Dayer, él bisexual. Dayer también notó la mirada fija que le tenía Alejo desde un lado, así que inmediatamente dio la vuelta y frunció el ceño para que Alejo dejara de hacerlo y funciono.
 "Tú, el de la tercera fila, eres muy pequeño para estar allí” El Entrenador le estaba diciendo a Alejo, que por su estatura un poco corta debería de moverse, pero él de tonto insiste y se coloca en el lado donde están los más altos y como si eso no fuera suficiente, levanta la mano y le responde al entrenador:
 -Señor, me gustaría estar aquí.

-¿Quién te dijo que puede estar parado donde quieras? Párese en el final ahora!. El instructor levantó la voz, y eso hizo que Alejo corriera al final, ahora él estaba mucho más lejos de Dayer, ya ni podía ni ver su espalda de lo lejos que estaba.
    El entrenamiento era muy agotador, y también aburrido. El primer día, les enseñaron sobre las posturas y como pararse en el campo, cosa que ya la mayoría sabia. Esto se repitió una y otra vez hasta que todos se sabían de memoria donde les tocaba, la práctica siguió con ponernos a girar a la izquierda, girar a la derecha, en cuclillas y levantarse de inmediato para correr por las bases en un tiempo determinado, cosa que alejo no podría hacer debido a que lo castigaron por contestón. Se formaron tres grandes filas de chicos para realizar el entrenamiento, bajo el sol abrasador, varios pasaron por el recorrido, el rostro de Alejo ya estaba todo rojo de tantas vueltas que le ha dado al campo y el sonido de los silbatos ha hecho el día aún más frustrante e irritante.
   De un momento a otro, todos gritaban de la emoción con la velocidad que tenía un chico, Alejo escuchaba los gritos y se acerco a preguntarle a alguien por el tiempo “1:07” ni el mismo lo podía creer, su tiempo personal antes de hoy es de “1:30”, él se creía rápido pero nadie podía ser tan rápido, busco con la mirada a la persona pero un silbato y un grito no se lo permitieron.

-Más te vale que continúes si quieres estar en el equipo, contestón. El Entrenador después de todo seguía teniendo el ojo sobre Alejo y lo mando  seguir corriendo.

   Correr como un loco no era una de sus cosas favoritas pero no le quedaba de otra, Alejo siguió corriendo por una hora más hasta que el entrenador le permitió descansar y unirse al entrenamiento con los demás, bebió un poco de agua y se encontró con Diego quien lo abrazaba y le decía que se sentía muy contento por romper la marca, en ese momento Alejo comprendió que el chico súper rápido y el rompe marcas era Diego.

-Felicitaciones compañero, que te dijo el entrenador?

-Solo me pidió que descansara y me tomara unos días, me quieren ver bateando y todo eso pero que este mas descansado.

-Que bueno, me alegro mucho por eso. Espero que el entrenador no me odie y me deje entrar en el equipo.

-Eso te pasa por idiota pana, solo tenias que moverte pero no, te pusiste a retar al entrenador.

   En eso el nombre completo de Alejandro se escucho por todo el campo, el entrenador nuevamente lo estaba llamado y es mejor no hacerlo esperar, corrió como un loco hasta que llego frente al entrenador, este le pidió que se preparara para hacer el recorrido. Alejo se preparo mentalmente, calentó un poco y cuando era el momento, se puso en la posición.

   El silbato sonó, bajo la mirada de todos y los rayos del sol, Alejo comenzó hacer la rutina, primero girar a la izquierda, luego a la derecha, de cuclillas y entonces comenzó a correr por las bases lo más rápido que podía hasta que llego al punto de salida, él entrenador lo felicito y le pidió que descansara un rato. Alejo se moría por saber su tiempo pero el entrenador le dijo que eso no era importante, que descasara y se tomara unos días, que volviera dentro de tres días.
 
Alejo fue hasta las gradas y tomo asiento, busco con la mirada a Dayer pero no lo encontraba, nuevamente escucho el silbato y vio a otra persona realizando el recorrido, cuando vio el color del traje, se dio cuenta de que era la persona que buscaba, parecía un rayo, de un momento  otro ya estaba volviendo al lugar de donde partió, la sonrisa en la cara del entrenador decía todo, Dayer después de todo, era el mejor jugador en el equipo y no podía esperar menos de él. “50 segundos”

   Luego de romper el tiempo de Diego, unas chicas aparecieron de la nada con agua y unas toallas húmedas para Dayer. Esto provoco cierto dolor de estómago en Alejandro, este no sabía de que se trataba realmente así que solo decidió que era momento para comer.

   Por suerte, el entrenador pensó lo mismo y el día de entrenamiento llego a su fin, Alejo se sentía a punto de morir, volvió a su pequeña prisión junto a Diego y tomó una ducha fría, luego de pensarlo un poco, se arrastro a comprar algo para comer junto con su compañero de celda.


   De regreso a casa, Alejo compro unas botellas de protector solar, dos específicamente, Diego pensó que una de esas botellas era para él, pero se equivoco, antes de entrar al apartamento, Alejo se quedo frente a la puerta de Dayer.

   Luego de tocar la puerta una y otra vez, Alejo se estaba acostumbrado a esperar porque cada que lo hace tiene que esperar un rato hasta que Dayer le abra.
 -¿Qué quieres? Además de Alejo, nadie más se atrevía en molestar a Dayer. Saco el bloqueador de su bolsillo y lo puso en las manos de su vecino.

-Esto es para ti, compré una botella extra y ya Diego tiene uno así que pensé en ti. Dayer miro el protector solar en sus manos antes de mirar a Alejo.

-Alejo, ¿Estas enamorado de mí?. Su tono de voz es más tranquilo y menos frio de lo habitual pero una vez que Alejo oyó a Dayer decir esto, su cara se enrojo de inmediato.

-¿Qué cosas dices? ¿Enamorado de ti? Yo sólo quiero ser tu amigo, no seas tan enfermo. Esta es la primera vez que conozco a una persona bisexual, así que quiero a conocerte un poco mejor, no puedo?

   Dayer estaba un poco aturdido, el imbécil de Alejo aún recordaba ese incidente, el sólo estaba bromeando cuando dijo eso pero el inocente o muy idiota de Alejo lo tomó enserio.

   Al ver que Dayer seguía en silencio, Alejo pensó que Dayer estaba siendo tocado por su propia sinceridad y sin pensarlo dos veces, él continuó hablando con pasión:

-Estoy siendo realmente sincero con lo de ser tu amigo, tu pana. Quiero conocerte un poco más, así fomentar nuestra amistad y poder mejorar en el equipo de béisbol. Yo soy un buen tipo, no tengo tus recursos económicos pero por eso no tienes que preocuparte. Nos convertiremos en muy buenos amigos. Alejo estaba siendo apasionado con sus palabras.

-Estoy cansado, voy a dormir. Sin embargo, Dayer seguía siendo el mismo, le cerró la puerta sin piedad.
   Alejo estaba decepcionado cuando volvió a su habitación, Diego vio la cara enojada de Alejo y más o menos adivinó lo que había sucedido. A pesar de que sus manos todavía están en el control del videojuego, trato de consolar a Alejo con algunas palabras  "Alguien como Dayer es sólo para ver y no para hablar. No lo tomes demasiado serio, o al final del día, te vas a hacer daño.”  Alejo no quiere abandonar los intentos por ser amigo de Dayer tan rápidamente así que trata de explicarle a Diego todo.

-Pero lo digo enserio! Él claramente no quiere ser tu amigo, hay muchos otros con los que pudieras tener una amistad. ¿Por qué ser tan persistente? Diego intenta persuadirlo.

-¿Por qué me gusta? Diego se esperaba cualquier otra respuesta menos esa, a Alejo se le salió la verdad.
 -¿Enserio? Lo sabía, te gusta mucho Dayer y estas enamorado pero mi pana, no escuchas.
   Alejo no esperaba discutir sobre su vida o de su amor por Dayer con Diego, pero se sentía muy bien poder decir lo que sentía y no ser juzgado de mala forma.

*****      Tres días después, ya una gran cantidad de personas no estaba presente en el entrenamiento, máximo cincuenta personas quedaban y nos pusieron un ciclo de entrenamiento muy duro durante toda la mañana hasta que llego la  hora para el almuerzo. En los vestidores, Diego se quitó la franela y se la puso sobre su hombro antes de decir:

-Vamos a comer juntos, Alejo.

-Adelántate, nos vemos en el comedor. Después de terminar de hablar, Alejo se acercó a Dayer, quien estaba en las duchas.

-Hey pana, quieres ir almorzar con nosotros?. Dayer no tenía ni que voltear la cabeza, ya que con solo escuchar la voz, sabía quién era la persona. Su espalda se enfrentaba a Alejo mientras mojaba  su cabello.

-No. Una de sus típicas respuestas.
 -Vamos! No es gran cosa, es solo un almuerzo entre amigos. Alejo de forma muy atrevida saco a Dayer de las duchas, y este en respuesta lo empujo.

-¿Qué te pasa? Eres realmente molesto.

-Una vez que me conozcas, no sentirás que soy molesto. Dayer se comenzó a poner la ropa mientras Alejo se salía de los vestuarios para no ver, él seguía siendo muy tímido con respecto a ver a otra persona desnuda.

-Lograste que el rey de los ogros nos acompañe a comer o no tiene apetito? Diego estaba en un lado muy solitario de la salida, esperando por Alejo.

-Creo que insistí tanto que acepto.

   Dayer estaba con su típico rostro frío en todo el camino al comedor, él no parecía estar muy contento. Alejo lo traía arrastrado por un brazo y Dayer sólo podía liberarse de la mano,  pero no, él no lo hizo.

Una vez que llegaron al comedor,  Alejo miró Dayer con una sonrisa en su cara diciendo:

-Oye, ¿por qué no invitas?

-¿Por qué no vas y te mueres en un rincón o algo?
 -No seas tan tacaño. Los amigos se brindan entre ellos. Después de decir eso, Alejo puso su mano en el bolsillo lateral de los pantalones de Dayer.
 -Hey, ¿qué demonios estás haciendo?!
    Alejo ignoró totalmente el ceño fruncido de Dayer mientras continuaba tocando alrededor del  bolsillo lateral.

-Tú realmente quieres que te odie, no es así? En realidad, Dayer ya estaba inexpresivo mientras estiraba la mano y sostuvo la muñeca de Alejo.

   Cuando eso sucedió, él se sobresaltó por un corto tiempo, y su rostro se  volvió de color rojo brillante y Dayer ya estaba apretando los dientes con rabia, hasta que no pudo resistir, gritando vulgarmente, diciendo:

-¿Sabes dónde coño estás tocando? Oh, Alejo había tocado accidentalmente en el punto noble de Dayer y él inmediatamente se retractó, saco su mano del bolsillo diciendo:

-¿Cómo diablos iba yo a saber que tenias eso por allí? Diego no paraba de reírse de la situación, en su mente se daba cuenta que Dayer y Alejo eran el uno para el otro.

-Si no está allí, donde coño puede estar? Qué carajo buscas en mis bolsillos?. Toda la gente en el comedor estaba mirando, ya que pensaban que Dayer era alguien sin emociones. No podían creer que había alguien que podía sacar sus emociones a flote.
  Dayer recuperó inmediatamente la compostura y sacó dinero de su billetera y lo tiró en la cara de Alejo diciendo:

-Ten! Compra algo para los tres. Luego fue a encontrar un asiento junto con Diego y se sentó.

   Después de un corto tiempo, Alejo regresó y no paraba de hablar cosas sobre él, de un momento a otro, Diego se fue con una de sus amigas y quedaron solo Dayer y Alejo en la mesa, como él quería que su amigo supiera mas comenzó nuevamente el cuento de cómo llego a la ciudad.

-Mi nombre es  Alejandro, hombre, soltero, 18 años de edad y mido  1.78.
 -¡Idiota! ¿Crees que estoy ciego?. Por lo menos, Dayer respondió apropiadamente y no tan frio pero sin duda, Alejo estaba mintiendo, él a lo sumo sólo llega a 1.72m. Alejo finge ignorar las sospechas Dayer y decide continuar diciendo:

-Mi signo es piscis, mis padres están casados, no me gusta comer perejil, no me gusta el café con azúcar, no soy de los que come mucho, no me gustan las cosas con puntos, me hacen sentir incómodo. Tengo un carácter sano, soy muy alegre y no me gusta rendirme.  Esto es todo lo que puedo pensar por ahora. ¿Y tú?. Los ojos de Alejo estaban llenos de expectativa.

   Dayer parecía no estar escuchando así que Alejo pensó que no era lo suficientemente honesto y necesitaba decir algo para llamar la atención de su acompañante así que miró a su alrededor antes de ponerse un poco más cerca y decir:

-Además, soy virgen! Dayer casi se atraganta con el arroz y comenzó a toser, él levantó la cabeza y miró a los ojos sinceros de Alejo.


-Muereteeeeee!!


Continuará...

martes, 23 de junio de 2015

CAPÍTULO 2 - PODEMOS SER AMIGOS?




    Los dos hablaban tan bajo en la mini sala de su celda, por lo que era casi imposible escuchar la conversación entre ellos *Alejo y Diego* desde el apartamento vecino. Diego estaba bastante ansioso por saber  y pedía conocer la respuesta a la pregunta, pero Alejo se guardo la repuesta verdadera y le dio otra a Diego.

-No es gay, le gustan las chicas. Respondió Alejo muy confiado y con una pequeña sonrisa.

   Él sentía que, al hacerlo, él estaba ayudando a Dayer a mantener eso en secreto. Pero quién sabe, puede que Alejandro tenga motivos personales para no hablar sobre la verdadera condición de su vecino?

   Alejo  quiere ser amigo de Dayer, eso está claro,  su vida siempre ha sido normal y aburrida, incluso sus amigos son comunes y no particularmente interesantes en términos de caracteres. Así que, esta vez, accidentalmente descubrió que Dayer es bisexual, y que una extraña curiosidad nació en él desde el momento que lo supo. Alejo estaba haciendo esto solo para tener que contarles a sus nietos cuando sea un anciano senil y nada puede ser más interesante que hablarles a tus nietos de su mejor amigo bisexual cuando era joven.
    Ni el mismo Alejandro estaba seguro de que tendrá nietos cuando sea un hombre mayor pero no perdía la esperanza de que algo interesante pasara en su vida.

   Ya era de día, Alejo salió de su habitación con el pelo totalmente mojado y llamó a la puerta del apartamento de al lado. Después de llamar un buen tiempo, Dayer involuntariamente abre la puerta, y Alejo le dio una brillante sonrisa mientras decía:

-Vecino, nos quedamos sin agua en los tambores ¿puedo pedir prestado su baño?
 -No. La puerta se cerró.
    Alejo sabía que Dayer era una persona fría, pero no esperaba que fuera de esa forma con él o con su sonrisa que al parecer no tenía ningún efecto o ayuda en absoluto, pero rendirse no era una opción y al día siguiente, se encontraba frente a la puerta de Dayer y volvió a tocar.

-Vecino, puede prestarme las notas de ayer? Me sentía un poco mal y falte.

-No. Y como ayer, la puerta se cerró en su cara.

Al tercer día, Alejandro estaba siendo algo descarado.
 -Vecino, ¿puedo usar su baño? No puedo aguantar más y Diego está usando el baño de nuestro apartamento.

-No. La puerta volvió a cerrase en su cara.
 En el cuarto día, Alejo ya se había rendido.
 -Vecino, ¿puedes prestarme algo de Azúcar?
 -No.      Justo cuando Dayer está a punto de cerrar la puerta, Alejo puso su mano en el marco de la puerta, diciendo:

-Dayer, eres un imbécil, ¿sabes? ¿Cómo puedes tratar a su vecino lindo y amable que es más joven que usted así? Si te atreves a tratarme así, te reto, cierra la puerta y aplasta mis dedos.

   Alejo pensó que Dayer no cerraría la puerta, y Dayer pensó que Alejo definitivamente no dejaría su mano, por lo que cerró la puerta.
 
   Después de eso vinieron los gritos de dolor de Alejo cuando la puerta se cerró, el tiro le salió por la culata. La mano de Alejo estaba tan roja y solo podía saltar alrededor por el dolor, soplaba su mano mientras le daba una expresión atroz a Dayer, como si eso fuera a calmar su dolor. Ni siquiera tenía tiempo para gritarle alguna grosería, sólo podía exclamar palabras para describir el dolor.

   Su mano comenzó a hincharse y a ponerse mucho mas roja, Dayer frunció el ceño mientras sacaba al adolorido Alejo del pasillo y lo metía en su apartamento, *¿Quién dijo que pusieras la mano allí?!* Por su tono, Dayer no mostraba signo de remordimiento en alguno. La mano de Alejo estaba empezando a temblar de dolor y él sospechaba que sus dedos estaban rotos. Sus ojos estaban llenos de lágrimas cuando miró a Dayer diciendo:

-Rápido, en mi habitación tengo un botiquín de primeros auxilios con una crema de mi madre. Podrías buscarla?

-Maldita sea, que molestia eres.

   A pesar de lo que dijo, salió de su apartamento y se fue al lado. Diego, que estaba jugando juegos de computadora en ese momento, se sorprendió al ver a Dayer entrar y hacer un lío en la cama de Alejo como si fuera un perro, antes de que continuara desordenando las camas, Diego le hablo:

-Ehh, ¿qué es lo que buscas? "

-El botiquín de primeros auxilios. Exclamo Dayer, quien finalmente lo encontró en la esquina de la cama dentro de una bolsa. Él lo tomó, y se marcho.

-El botiquín? Diego estaba lleno de curiosidad, corrió hasta la puerta de la habitación de al lado y puso sus oídos sobre la puerta.
    Dentro de la habitación Alejo se hablaba con Dayer, *¿Todo este departamento es para ti solo?* Miró a su alrededor y se enteró que sólo había una cama. La cama de Dayer estaba en la misma pared que la suya, en otras palabras, sin la pared, Alejo casi ha estado durmiendo literalmente al lado de Dayer.

Dayer no respondió al abrir la botella de crema.
 Alejo quería arrebatarle la botella, preferiría hacerlo el mismo.

-Dame tu mano. Dayer tomó algo de la crema y más o menos la frotó en la mano de Alejo, pero como siempre, él no era siquiera suave.
 -Aaaaay, ¿Podrías dejar de ser un Idiota? ¿Te va a matar ser un poco más gentil?.

-Gentil? Eso no importa, te va a doler de todos modos.

-¡Ay, ay, ay! No quiero que esto me pase nunca más! Sigues siendo igual de duro a pesar de que mi mano está hinchada. Alejandro estaba muy disgustado con la forma de aplicar la medicina de Dayer.

-Deja de ser ruidoso, compórtate como un hombre.
    Diego podía oír lo que decían, pero no podía ver lo que estaban haciendo. El estaba siendo muy creativo con lo que imaginaba, tanto que podía sentir como algo pasaba en sus pantalones, finalmente, en voz baja volvió a su habitación. Después de un corto tiempo, Alejo volvió enojado y Diego lo observó un rato antes de preguntar:

-Pana, de vuelta tan pronto?.

-¿Qué quieres decir con “tan pronto”? Voy a morir de dolor.

-La primera vez siempre es dolorosa. Diego murmuro mientras seguía jugando en su computadora.
   Alejandro sintió que las palabras de Diego eran bastante extrañas y raras, pero él no pensó demasiado en eso, al ver el desorden que Dayer hizo en su cama, que ahora estaba literalmente en la parte superior, se dispuso a ordenar nuevamente todo.

   Por la noche, Alejo no podía dormir por el dolor en su mano, así que él puso su oído en la pared, para escuchar si había alguna conmoción en el otro lado de la pared, pero no podía oír nada.
-Hola, Dayer. ¿Puedes oírme hablar? Alejo le dijo en voz baja a la pared.

-¿Hola? Las paredes no eran tan espesas, por lo que él debería de ser capaz de escucharlo o eso es lo que sentía Alejandro.
    Después de un largo rato, del otro lado Dayer no tuvo ninguna reacción, pero Diego empezó a hablar desde su cama diciendo:

-¿Hola? ¿Estás loco? ¿Me vas a dejar dormir o no?.

Alejo entonces guardó silencio y se mantuvo cerca de la pared antes de dormirse.

   Incluso si a Dayer le gusta tratarlo de forma dura y fría, cerrarle la puerta en la cara, lesionarle la mano y echarle a perder toda su cama, Alejo no podía estar verdaderamente enojado con él.

Los amigos deben de comprometer algunas cosas.

***
   Alejo consideró tener muy mala suerte, justo esta semana le tocaba comenzar su nuevo trabajo ordenando libros en la biblioteca y ya se había lesionado la mano. Su primer mandado fue entregar varios libros a una clase en los últimos pisos. Había una enorme pila de libros siendo cargada por Alejo en sus manos y otra más en su bolso. Su mano derecha era incapaz de conjurar cualquier fuerza, por lo que sólo podía usar su brazo derecho para llevar los libros.

   Como si su suerte no podría empeorar, el timbre sonó y la mayoría de las clases salió, los estudiantes le estaban empujando por toda la escalera, su brazo muy cansado no resistió mas el peso de los libros y todos cayeron al piso.

   En ese momento, una mano atrapo algunos libros antes de que tocaran el suelo, Alejo agradeció desde el suelo, mientras recogía algunos libros. Cuando levantó la vista y vio a Dayer, se sintió con un poco de suerte.

-Gracias. Ayúdame a entregarlos. Alejo expresó su agradecimiento mientras arreglaba nuevamente la pila de  libros.

   Dayer puso los libros de vuelta en la parte superior de la pila que Alejo sostenía y le  dijo:

-Yo en ningún momento he dicho que te ayudare a llevar los libros.

-Técnicamente hablando, tú fuiste el que me rompió la mano, te va a matar a ayudarme? Alejo le dio una mirada implacable a Dayer, si no fuera por el hecho de que son bisexuales, Alejo  no quisiera tener un amigo como él.

-Estas siendo demasiado ruidoso, no te ayude a aplicar la medicina?.
    Alejo caminaba adelante mientras Dayer caminaba unos pasos detrás. Alejo estaba caminando y  se giro de nuevo a mira fijamente Dayer, diciendo:

-Te atreves a decir que, ¿Que considere que me aplicaste la crema? Me pusiste la crema como si estuvieras tratando con una piedra y  ahora mi mano esta como un bollo.
   Dayer no dijo más y superó a Alejo.

Alejo miró la figura de Dayer cada vez más lejos y comenzó a caminar más rápido para alcanzarlo.
Un día, caminaras gustosamente a mi lado.---
 Continuará...

sábado, 13 de junio de 2015

CAPÍTULO 1 - NORMAL

   Alejandro es el tipo de persona que no voltearías a ver en una multitud,  nunca es notado por nadie y podría desaparecer sin que lo percibieras.  Lo mismo se repite todos los días, ya es casi una rutina. Desde pequeño pensó en dejar los estudios, vivir como un vago y ser mantenido por sus padres pero al ser pobre, ese pensamiento de su niñez desapareció con el tiempo. Se imaginó una vida emocionante, siguiendo a los delincuentes y deteniendo a narcotraficantes como en las novelas que tanto le encantaban a su madre, pero hoy en día, es muy complicado enfrentarse a ese tipo de cosas y disparar un arma no está entre sus planes de vida. También imaginó vivir una vida romántica, llena de amor y apasionada como en las películas pero es casi imposible encontrar una mujer agradable que le pudiera ofrecer todas esas cosas que él buscaba, siendo casi que invisible para todos a su alrededor.

Así, al final del día, nuestro querido Alejandro es sólo un chico muy normal e invisible. Tiene la autoestima un poco baja, pero no se siente triste por esas cosas, la mayoría de las veces,  Alejo *como le dicen sus padres* esta  sonriente y feliz de estar vivo.

   Su mayor sueño, en definitiva, es tener una esposa, dos bellas hijas y una humilde casa donde pueda estar hasta el final de sus días pero mientras eso pasa, Alejandro se preocupaba por empacar todas sus cosas.

    Después de graduarse de bachiller, Alejandro paso por uno de los peores y mejores momentos de su vida, debido a que no logro pasar las pruebas y entrar a una buena universidad, duro un año entero trabajando en la tienda de sus padres, hasta que su madre no soporto verlo más tiempo en casa y se puso en contacto con todas sus amigas. Luego de varios días de espera, logro conseguir ayuda para su hijo en una buena universidad, solo que era algo lejos de casa y tendría que irse por un tiempo.

   Luego de pasar un año sin tocar o siquiera escribir en una hoja, Alejo estaba muy nervioso por como seria la universidad y por la clase de retos que le esperarían detrás de las puertas del conocimiento más avanzado, un lugar conocido por ser el hogar de grandes sueños y expectativas que él esperaría cumplir.

   Fue un poco difícil despedirse de sus padres y mucho más difícil ver a su madre llorar por apartarse de su único hijo,  Alejo comprendió que debía volver como un hombre del que sus padres pudieran sentirse orgullosos por lo que se fue con una sonrisa. Luego de siete largas horas de viaje, Alejandro piso la ciudad que le abrió las puertas para continuar con sus estudios, el viaje fue agotador y largo pero todo esto valía la pena.

  Espero un buen rato para ser recogido por su tía en el terminal de buses y solo para ser dejado en una residencia para estudiantes cerca de la universidad, la residencia era un pequeño edificio de tan solo tres pisos con diez apartamentos *eso lo supo solo con ver los timbres de la puerta* pero lucia distinto, el edificio tenía algo que lo hacía ver majestuoso.

   Alejandro ya tenía un buen tiempo admirando la estructura del edificio, sumido en sus pensamientos, pero una voz lo interrumpió, diciendo:

-Disculpa, eres nuevo? Estas perdido? Lo digo por todas esas maletas que traes.

   Alejandro pensó que esa fue la suposición más tonta que había escuchado en su vida, era obvio que él es nuevo, se dio la vuelta para ver quién era la persona que le hablaba y ahora frente a él se encontraba un chico que a su parecer era bastante feo y raro, “él feo” como decidió llamarlo al no saber su nombre, tenía en sus manos unas bolsa de una reconocida cadena de súper mercado, el chico feo volvió abrir su boca, diciendo:

-Tu nombre es Alejandro?  Creo que eres mi nuevo compañero, mi nombre es Diego.

-Sí, me llamo Alejandro, es un placer. Alejandro sonrió mientras detallaba un poco mejor a su nuevo  compañero, Diego. Luego de un rato noto que no es tan feo como pensó y que los  brazos de su nuevo compañero son algo formados, así que llego a la conclusión de que ese chico es uno de esos locos por lo fitness.

-Cuántos años tienes? Diego lo saco de sus pensamientos con una nueva pregunta y al final agrego “Yo tengo 21”.

-Tengo 16. En realidad, Alejo tiene 18 años, pero le encanta mentir sobre su edad, le parece algo  divertido pero Diego no es tonto y le pareció algo sorprendente la edad de Alejandro.

-16? Eres tan joven, debes de ser un genio para estar estudiando en la universidad.

   Luego de entrar a su nuevo apartamento compartido, Alejandro se sentía muy raro, el espacio era muy pequeño, casi que la celda de un prisionero pero era lo que sus padres podrían costear así que puso la mejor de las sonrisas y acepto. La sala-cocina era una decepción pero la habitación era un poco más grande, lo primero que noto fue la litera, el montón de revistas con contenido pornográfico por todos lados y las pesas en el suelo *No se equivoco con Diego, si es un fanático del mundo fitness* Aparte de eso, él *Diego* es bastante agradable.

   Organizar sus cosas no fue para nada complicado, establecieron sus reglas rápido y Diego le explico lo básico sobre las residencias, sobre cómo llegar a la universidad y sobrevivir sin meterse en problemas pero eso no sería algo difícil para Alejo, después de todo, el es casi nulo para todo el mundo. mm, ¿Qué será de mi vida universitaria? Pensando en eso, Alejo se quedó dormido.

   En clases todo fue muy normal, su profesor se presento y como siempre, desapareció para los demás hasta que volvió a casa. Alejo no tenía nada que hacer y se ocurrió salir a recorrer un poco más los alrededores. En el camino compro algunos dulces y unas películas para entretenerse un rato, de regreso al dormitorio. La ciudad era muy linda de noche, escuchaba los autos que pitaban sin parar, las motos iban a gran velocidad, las personas caminaban de un lado  otro y se sentía extraño, todo esto era diferente en su ciudad, en la que nunca pasaba nada diferente o nuevo.

   Admiró nuevamente la fachada de su edificio, su nuevo hogar, paso un rato mas antes de subir a su habitación pero un chico un poco más alto lo saco de sus pensamientos.

-Eres el compañero de Diego? Puedes decirle que deje de estar haciéndose la paja a mitad de la noche en el baño? Sé que es su baño y pueden hacer lo que quieran pero es que ese pervertido gime muy fuerte y su baño da con nuestra habitación y no nos deja dormir. Esas cosas son malas para el cuerpo, deberían de saberlo.

   Alejo no sabía que responder y no tenía ni tiempo de pensar en algo debido a que el chico que le estaba regañando por no dejarlo dormir ya se había marchando. Alejandro subió a su mini apartamento y estaba usando las llaves para abrir la puerta pero estas no funcionaban, por lo que pensó que Diego estaba encerrado tocándose a si mismo, entonces golpeó la puerta con fuerza, gritando en repetidas ocasiones.

 “Diego! ¿Por qué cerraste con seguro la puerta?”
“¿Te estás masturbando de nuevo?”
 “Esas cosas no son buenas para el cuerpo, abre la puerta ahora!”
   Después de un buen rato de gritos, la puerta de la habitación de al lado se abrió, y Diego asomó la cabeza diciendo: "Alejo, ¿por qué estás gritando esas estupideces?"  El rostro de Alejo cambió mientras miraba a la puerta, él no sabía qué hacer, grito todas esas tonterías por el enojo que tenia al ser regañado.
"Jaja, mi pana, yo solo estaba bromeando, no se moleste conmigo--" Dijo todas esas cosas para Diego, quien se encontraba al lado pero la puerta en la que estaba parado gritando se abrió y Alejo hizo todo lo posible para mantenerse calmado mientras levantaba la cabeza lentamente y veía la cara del tipo que salió.

   Es muy guapo y con esos rasgos faciales afilados desprende un aura cool, como de chico malo *fue lo primero que pensó* Sus ojos negros miraban al casi invisible Alejo y sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba. Si no fuera por el buen autocontrol de Alejandro, ya habría subido sobre ese tipo y le estaría dando besos.

"Disculpa, mala mía!", dijo Alejo y se apresuró a regresar a su habitación.


***


   Al pasar los días, Alejandro se enteró de que el nombre del tipo es Dayer. Pronto, todos en la universidad hablaban del tipo que se la paso por todo el mundo viajando y que ahora volvió para estudiar, no sólo las chicas del 1er semestre se babeaban al verlo, sino también las chicas mayores. Pero Dayer es muy frío con todo el mundo, su personalidad es un asco y tiene una buena posición económica por lo que no le importa mucho los asuntos de otros.

   El pobre Alejo no podía dejar de pensar en ese tipo tan atractivo y en lo afortunado que era en ser su vecino, quizás así tendría la oportunidad de ser su amigo, él quería llegar a conocerlo mejor. Su mente maquino muchas cosas pero su principal problema seguía siendo el mismo, su baja autoestima y su poder de no dejar de ser invisible para las otras personas, Alejo podría ser el chico más amable del mundo pero eso nunca le funciono ni para que una chica le mostrara su sonrisa, como le funcionaria con el chico mas odioso de la universidad?

   Muy pronto, en su salón todo el mundo sabía sobre Dayer, pero nadie tenía ni idea de quién era Alejo. Ese mismo día, Diego volvió un poco temprano de la universidad, miró extrañamente a Alejo, tanto así que lo puso bastante incómodo.

"Alejandro, ¿Puedes ayudarme con algo?" Exclamo el chico con una mirada intimidante.
"¿Por qué tengo que ayudarle?" Respondió Alejo casi al instante.

Diego lo pensó un momento y volvió a hablar "Si me ayudas, el mes que viene pago la renta por los dos."

   Los ojos de Alejandro inmediatamente brillaron, esa era una muy buena condición para ayudar, tanto así que casi al instante respondió con un gran "¿Qué debo hacer?"


"En realidad, es muy simple. Solo le tienes que preguntar al pana del al lado, Dayer, si es gay."


   En realidad, Diego estaba algo molestó porque algunas de las chicas con las que sale ya fueron rechazadas por Dayer, un buen montón de chicas, a pesar de que el semestre se inició hace sólo unos días, por lo que, todo el mundo sospecha que es gay y él quería averiguarlo para sus amigas.

-¿Y porque tú no lo haces? Alejo quería saber la razón por la cual era sobornado para hacer tal pregunta.

-No tengo el valor y no quiero que piensen que soy un marica también.

-Sólo le tengo que preguntar eso?

-Es una simple pregunta, lo haces y pago la renta completa yo solo el mes que viene. Esto tiene que ser suerte, fue lo primero que pensó Alejo antes de aceptar.


   Alejandro ya no podía esperar, se quedo parado detrás de la puerta y cuando escucho que alguien subía, miro y por casualidad, vio a Dayer, quien estaba regresando a su apartamento.


"Hey, pana, espera momento!” Alejo llamó a Dayer.


Dayer se volteo a mirar al ruidoso de Alejo mientras murmuraba algo, "Umm, tengo algo que preguntarte." Alejo no quería perder el tiempo.


"Mhm?" Solo ese extraño sonido se escucho de Dayer.


"¿Te gustan los chicos?" La pregunta fue tan directa que el mismo Dayer abrió los ojos impresionado.


   En la puerta de al lado, Diego solo observaba a distancia, le pareció algo muy Idiota de parte de Alejo preguntar de esa forma tan directa. Dayer solamente arrugo la cara y sus cejas decían que estaba molesto, dejando claro que no tenía intención de responder a una pregunta tan idiota.

   Alejandro noto que fue muy descortés al preguntar de esa forma y temía que Dayer podría malinterpretar las cosas, por lo que de inmediato agregó: "No pienses mal de mí, no me gustas, pero alguien me pidió que te preguntara”.
"Yo no dije nada." Eran las primeras palabras que escuchaba de ese chico y debido a la honestidad de Alejo, Dayer se comenzó a reír.


"Así que, ¿Eres gay, bisexual o algo así?" Alejo estaba empezando a ser un poco impaciente y ansioso.


   Al ver a  Alejandro tan ansioso, Dayer lo pensó por un momento, se acerco un poco más, y le susurró al odio: "Chicos, chicas, yo me como todo."


   La frase tan seductora de Dayer le provoco un sarpullido en todo el cuerpo a Alejandro, el aire que exhalo tan cerca de su oído, le puso la cara totalmente roja. Dayer entonces sacó su llave para abrir la puerta e irse pero Alejo se aferró a ella antes de que cerrara, es solo por curiosidad pero, bajó un poco su volumen y preguntó: “¿Por qué te gustan los chicos?”


   Dayer no dijo nada y estaba a punto de cerrar la puerta, Entonces Alejo usó su mano para detenerla y decir:


“Es porque cuando te quitas toda la ropa y te das cuenta de que tienen lo mismo, se siente mas cómodo, es por eso que te gustan los chicos?” Alejo siempre pensó que era por eso qué a algunos chicos les pudiera gustar otros chicos y esta era la oportunidad perfecta para confirmar con otro homosexual como él.

"¿Eres idiota?" Dayer lo empujó del marco de su puerta y luego cerro.

   Pero Alejo se negó a renunciar a  las respuestas que quería, él era una persona muy curiosa y Dayer sería su nuevo objeto de estudio. Alejo sentía tanta curiosidad que algo extraño comenzó a nacer en su corazón. Mmm. ¿Le gustan los chicos y chicas? ¿No es que sólo en las películas se ven a los chicos bisexuales? Y sin pensarlo dos veces, se pega en la puerta y grita solo para Dayer: "No deberías de ser tan glotón y dejar algo para los otros."

Dayer soltó una risa ligera en su habitación.

Sin tener idea de nada, uno de los sueños de Alejo se estaba haciendo realidad en ese momento. El había logrado lo que no habían podido lograr otros, que Dayer lo recordara---


Continuará…

El hacer las cosas bien, o no.

Hola, quiero tomarme este momento para saludarte y felicitarte por todo lo que has logrado.Se que a veces no nos damos el tiempo para agrade...