Alejandro es el tipo de persona que no voltearías a ver en una multitud, nunca es notado por nadie y podría
desaparecer sin que lo percibieras. Lo
mismo se repite todos los días, ya es casi una rutina. Desde pequeño pensó en dejar
los estudios, vivir como un vago y ser mantenido por sus padres pero al ser
pobre, ese pensamiento de su niñez desapareció con el tiempo. Se imaginó una
vida emocionante, siguiendo a los delincuentes y deteniendo a narcotraficantes
como en las novelas que tanto le encantaban a su madre, pero hoy en día, es muy
complicado enfrentarse a ese tipo de cosas y disparar un arma no está entre sus
planes de vida. También imaginó vivir una vida romántica, llena de amor y
apasionada como en las películas pero es casi imposible encontrar una mujer
agradable que le pudiera ofrecer todas esas cosas que él buscaba, siendo casi
que invisible para todos a su alrededor.
Así, al final del día, nuestro
querido Alejandro es sólo un chico muy normal e invisible. Tiene la autoestima un
poco baja, pero no se siente triste por esas cosas, la mayoría de las
veces, Alejo *como le dicen sus padres* esta
sonriente y feliz de estar vivo.
Su mayor sueño, en definitiva, es tener una esposa, dos bellas hijas y
una humilde casa donde pueda estar hasta el final de sus días pero mientras eso
pasa, Alejandro se preocupaba por empacar todas sus cosas.
Después de graduarse de bachiller,
Alejandro paso por uno de los peores y mejores momentos de su vida, debido a
que no logro pasar las pruebas y entrar a una buena universidad, duro un año
entero trabajando en la tienda de sus padres, hasta que su madre no soporto verlo
más tiempo en casa y se puso en contacto con todas sus amigas. Luego de varios
días de espera, logro conseguir ayuda para su hijo en una buena universidad,
solo que era algo lejos de casa y tendría que irse por un tiempo.
Luego de pasar un año sin tocar o siquiera escribir en una hoja, Alejo
estaba muy nervioso por como seria la universidad y por la clase de retos que
le esperarían detrás de las puertas del conocimiento más avanzado, un lugar
conocido por ser el hogar de grandes sueños y expectativas que él esperaría
cumplir.
Fue un poco difícil despedirse de sus padres y mucho más difícil ver a
su madre llorar por apartarse de su único hijo,
Alejo comprendió que debía volver como un hombre del que sus padres
pudieran sentirse orgullosos por lo que se fue con una sonrisa. Luego de siete
largas horas de viaje, Alejandro piso la ciudad que le abrió las puertas para
continuar con sus estudios, el viaje fue agotador y largo pero todo esto valía
la pena.
Espero un buen rato para ser recogido por su tía en el terminal de buses
y solo para ser dejado en una residencia para estudiantes cerca de la
universidad, la residencia era un pequeño edificio de tan solo tres pisos con
diez apartamentos *eso lo supo solo con
ver los timbres de la puerta* pero lucia distinto, el edificio tenía algo
que lo hacía ver majestuoso.
Alejandro ya tenía un buen tiempo admirando la estructura del edificio,
sumido en sus pensamientos, pero una voz lo interrumpió, diciendo:
-Disculpa, eres nuevo? Estas perdido?
Lo digo por todas esas maletas que traes.
Alejandro pensó que esa fue la suposición más tonta que había escuchado
en su vida, era obvio que él es nuevo, se dio la vuelta para ver quién era la
persona que le hablaba y ahora frente a él se encontraba un chico que a su
parecer era bastante feo y raro, “él feo”
como decidió llamarlo al no saber su nombre, tenía en sus manos unas bolsa de
una reconocida cadena de súper mercado, el chico feo volvió abrir su boca, diciendo:
-Tu nombre es Alejandro? Creo que eres mi nuevo compañero, mi nombre es
Diego.
-Sí, me llamo Alejandro, es un
placer. Alejandro sonrió mientras detallaba un poco mejor a su nuevo compañero, Diego. Luego de un rato noto que
no es tan feo como pensó y que los
brazos de su nuevo compañero son algo formados, así que llego a la
conclusión de que ese chico es uno de esos locos por lo fitness.
-Cuántos años tienes? Diego lo saco
de sus pensamientos con una nueva pregunta y al final agrego “Yo tengo 21”.
-Tengo 16. En realidad, Alejo tiene
18 años, pero le encanta mentir sobre su edad, le parece algo divertido pero Diego no es tonto y le pareció
algo sorprendente la edad de Alejandro.
-16? Eres tan joven, debes de ser un
genio para estar estudiando en la universidad.
Luego de entrar a su nuevo apartamento compartido, Alejandro se sentía
muy raro, el espacio era muy pequeño, casi que la celda de un prisionero pero
era lo que sus padres podrían costear así que puso la mejor de las sonrisas y
acepto. La sala-cocina era una decepción pero la habitación era un poco más
grande, lo primero que noto fue la litera, el montón de revistas con contenido
pornográfico por todos lados y las pesas en el suelo *No se equivoco con Diego, si es un fanático del mundo fitness* Aparte
de eso, él *Diego* es bastante
agradable.
Organizar sus cosas no fue para nada complicado, establecieron sus
reglas rápido y Diego le explico lo básico sobre las residencias, sobre cómo
llegar a la universidad y sobrevivir sin meterse en problemas pero eso no sería
algo difícil para Alejo, después de todo, el es casi nulo para todo el mundo. mm,
¿Qué será de mi vida universitaria? Pensando en eso, Alejo se quedó dormido.
En clases todo fue muy normal, su profesor se presento y como siempre,
desapareció para los demás hasta que volvió a casa. Alejo no tenía nada que
hacer y se ocurrió salir a recorrer un poco más los alrededores. En el camino
compro algunos dulces y unas películas para entretenerse un rato, de regreso al
dormitorio. La ciudad era muy linda de noche, escuchaba los autos que pitaban
sin parar, las motos iban a gran velocidad, las personas caminaban de un
lado otro y se sentía extraño, todo esto
era diferente en su ciudad, en la que nunca pasaba nada diferente o nuevo.
Admiró nuevamente la fachada de su edificio, su nuevo hogar, paso un
rato mas antes de subir a su habitación pero un chico un poco más alto lo saco
de sus pensamientos.
-Eres el compañero de Diego? Puedes
decirle que deje de estar haciéndose la paja a mitad de la noche en el baño? Sé
que es su baño y pueden hacer lo que quieran pero es que ese pervertido gime
muy fuerte y su baño da con nuestra habitación y no nos deja dormir. Esas cosas
son malas para el cuerpo, deberían de saberlo.
Alejo no sabía que responder y no tenía ni tiempo de pensar en algo
debido a que el chico que le estaba regañando por no dejarlo dormir ya se había
marchando. Alejandro subió a su mini apartamento y estaba usando las llaves
para abrir la puerta pero estas no funcionaban, por lo que pensó que Diego
estaba encerrado tocándose a si mismo, entonces golpeó la puerta con fuerza,
gritando en repetidas ocasiones.
“Diego!
¿Por qué cerraste con seguro la puerta?”
“¿Te estás masturbando de nuevo?”
“Esas cosas no son
buenas para el cuerpo, abre la puerta ahora!”
Después de un buen rato de gritos, la puerta
de la habitación de al lado se abrió, y Diego asomó la cabeza diciendo: "Alejo, ¿por qué estás gritando esas
estupideces?" El rostro de
Alejo cambió mientras miraba a la puerta, él no sabía qué hacer, grito todas
esas tonterías por el enojo que tenia al ser regañado.
"Jaja, mi pana, yo solo estaba bromeando, no se
moleste conmigo--" Dijo todas esas cosas para
Diego, quien se encontraba al lado pero la puerta en la que estaba parado
gritando se abrió y Alejo hizo todo lo posible para mantenerse calmado mientras
levantaba la cabeza lentamente y veía la cara del tipo que salió.
Es muy guapo y con esos rasgos faciales afilados desprende un aura cool,
como de chico malo *fue lo primero que
pensó* Sus ojos negros miraban al casi invisible Alejo y sus labios se
curvaron ligeramente hacia arriba. Si no fuera por el buen autocontrol de
Alejandro, ya habría subido sobre ese tipo y le estaría dando besos.
"Disculpa, mala mía!", dijo Alejo y
se apresuró a regresar a su habitación.
***
Al pasar los días, Alejandro se enteró de que el nombre del tipo es
Dayer. Pronto, todos en la universidad hablaban del tipo que se la paso por
todo el mundo viajando y que ahora volvió para estudiar, no sólo las chicas del
1er semestre se babeaban al verlo, sino también las chicas mayores. Pero Dayer
es muy frío con todo el mundo, su personalidad es un asco y tiene una buena
posición económica por lo que no le importa mucho los asuntos de otros.
El pobre Alejo no podía dejar de pensar en ese tipo tan atractivo y en
lo afortunado que era en ser su vecino, quizás así tendría la oportunidad de
ser su amigo, él quería llegar a conocerlo mejor. Su mente maquino muchas cosas
pero su principal problema seguía siendo el mismo, su baja autoestima y su
poder de no dejar de ser invisible para las otras personas, Alejo podría ser el
chico más amable del mundo pero eso nunca le funciono ni para que una chica le
mostrara su sonrisa, como le funcionaria con el chico mas odioso de la
universidad?
Muy pronto, en su salón todo el mundo sabía sobre Dayer, pero nadie
tenía ni idea de quién era Alejo. Ese mismo día, Diego volvió un poco temprano de
la universidad, miró extrañamente a Alejo, tanto así que lo puso bastante
incómodo.
"Alejandro, ¿Puedes ayudarme con algo?" Exclamo el chico con una mirada intimidante.
"¿Por qué tengo que
ayudarle?" Respondió Alejo casi al instante.
Diego lo pensó un momento y volvió a
hablar "Si me ayudas, el mes que
viene pago la renta por los dos."
Los ojos de Alejandro inmediatamente brillaron, esa era una muy buena
condición para ayudar, tanto así que casi al instante respondió con un gran "¿Qué debo hacer?"
"En realidad, es muy simple. Solo le tienes que preguntar al pana del
al lado, Dayer, si es gay."
En realidad, Diego estaba algo molestó porque algunas de las chicas con
las que sale ya fueron rechazadas por Dayer, un buen montón de chicas, a pesar
de que el semestre se inició hace sólo unos días, por lo que, todo el mundo
sospecha que es gay y él quería averiguarlo para sus amigas.
-¿Y porque tú no lo haces? Alejo
quería saber la razón por la cual era sobornado para hacer tal pregunta.
-No tengo el valor y no quiero que
piensen que soy un marica también.
-Sólo le tengo que preguntar eso?
-Es una simple pregunta, lo haces y
pago la renta completa yo solo el mes que viene. Esto tiene que ser suerte, fue
lo primero que pensó Alejo antes de aceptar.
Alejandro ya no podía esperar, se quedo parado detrás de la puerta y
cuando escucho que alguien subía, miro y por casualidad, vio a Dayer, quien
estaba regresando a su apartamento.
"Hey, pana, espera momento!” Alejo llamó
a Dayer.
Dayer se volteo a mirar al ruidoso de
Alejo mientras murmuraba algo, "Umm,
tengo algo que preguntarte." Alejo no quería perder el tiempo.
"Mhm?" Solo ese extraño sonido se
escucho de Dayer.
"¿Te gustan los chicos?" La pregunta
fue tan directa que el mismo Dayer abrió los ojos impresionado.
En la puerta de al lado, Diego solo observaba a distancia, le pareció
algo muy Idiota de parte de Alejo preguntar de esa forma tan directa. Dayer
solamente arrugo la cara y sus cejas decían que estaba molesto, dejando claro
que no tenía intención de responder a una pregunta tan idiota.
Alejandro noto que fue muy descortés al preguntar de esa forma y temía
que Dayer podría malinterpretar las cosas, por lo que de inmediato agregó: "No pienses mal de mí, no me gustas,
pero alguien me pidió que te preguntara”.
"Yo no dije nada." Eran las primeras
palabras que escuchaba de ese chico y debido a la honestidad de Alejo, Dayer se
comenzó a reír.
"Así que, ¿Eres gay, bisexual o algo así?" Alejo estaba empezando a ser un poco impaciente y ansioso.
Al ver a Alejandro tan ansioso,
Dayer lo pensó por un momento, se acerco un poco más, y le susurró al odio:
"Chicos, chicas, yo me como todo."
La frase tan seductora de Dayer le provoco un sarpullido en todo el
cuerpo a Alejandro, el aire que exhalo tan cerca de su oído, le puso la cara
totalmente roja. Dayer entonces sacó su llave para abrir la puerta e irse pero
Alejo se aferró a ella antes de que cerrara, es solo por curiosidad pero, bajó un
poco su volumen y preguntó: “¿Por qué te
gustan los chicos?”
Dayer no dijo nada y estaba a punto de cerrar la puerta, Entonces Alejo
usó su mano para detenerla y decir:
“Es porque cuando te quitas toda la ropa y te das cuenta de que tienen
lo mismo, se siente mas cómodo, es por eso que te gustan los chicos?” Alejo siempre pensó que era por eso qué a algunos chicos les pudiera gustar
otros chicos y esta era la oportunidad perfecta para confirmar con otro
homosexual como él.
"¿Eres idiota?" Dayer lo empujó del
marco de su puerta y luego cerro.
Pero Alejo se negó a renunciar a
las respuestas que quería, él era una persona muy curiosa y Dayer sería
su nuevo objeto de estudio. Alejo sentía tanta curiosidad que algo extraño comenzó
a nacer en su corazón. Mmm. ¿Le gustan los chicos y chicas? ¿No es que sólo en
las películas se ven a los chicos bisexuales? Y sin pensarlo dos veces, se pega
en la puerta y grita solo para Dayer:
"No deberías de ser tan glotón y dejar algo para los otros."
Dayer soltó una risa ligera en su
habitación.
Sin tener idea de nada, uno de los
sueños de Alejo se estaba haciendo realidad en ese momento. El había logrado lo
que no habían podido lograr otros, que Dayer lo recordara---
Continuará…
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