martes, 11 de agosto de 2015

CAPITULO 7 - El Diario

Después de entrar a su habitación se tendió sobre su cama,  estaba furico consigo mismo por ser tan débil y tan iluso, por querer que sus padres estuviesen en esa cena y porque en el fondo las palabras de su hermana le dolieron como una puñalada con un cuchillo de pescar.  

***

Él no quería casarse con Venecia, simplemente seria como un insulto hacia él mismo, además, siempre la vio como su hermana, su mejor amiga, su confidente, las cosas no iban a funcionar por mas que quisiera por eso la dejo ir, así estaban mejor aunque sus padres sintieran una deshonra por él, nadie lo entendía completamente, no había conseguido a una persona que lo conociera tan bien como lo pudo hacer Venecia. Desde esas ultimas semanas se había sentido tan extraño consigo mismo, le molestaba mucho su vecino, pero había algo en el que le inspiraba esa confianza y ese entendimiento, sabia que decirle que era bisexual no fue una buena idea, ahora no podía hacer nada al respecto, esas ultimas semanas aunque no parecía le habían agradado de una u otro forma, el resto de la noche no seria igual que las demás, donde las mismas se la pasaba viendo al techo, escuchando música o leyendo cualquier cosa hasta quedarse dormido. La irá lo consumía, necesitaba dejar de sentir ese tipo de cosas, ya había superado esa parte de su vida, no entendía como esos comentario de su hermana le pudieron afectar, no sabia que era lo que estaba pasando con Alejo, solo quería que sus dos mejores amigos estuvieran ahí con él para abrazarlos y sentirse seguro, estaba cansado que todos vieran a ese Dayer duro al cual no le importaba nada, él mismo se destrozaba todas las noches en su cama pensando que seria de su vida si fuera tomado otras decisiones, quería el amor de sus padres, quería el amor de Venecia, quería estar en otro piso, en otra cama, en otro campo de beisbol, quería que las cosas fueran diferente.
Se levanto de su cama, ni siquiera se había dado cuenta cuando se había quitado la ropa, se miro a si mismo en frente al espejo y se dijo: 
-Parece mentira que toda la belleza que tengo se pueda desmoronar de la noche a la mañana, por simples comentarios o por una persona.
Siguió caminando por toda la habitación y se dio cuenta que por su ventana entraba una cálida luz de la luna que se encontraba en el aposento del cielo, se paro allí entre esa luz y su piso y todo su cuerpo se alumbro, se sintió por un momento un trofeo de oro. ¿Sera que para eso sus padres lo tuvieron? Para ser un trofeo de sus inversiones, ese casamiento con Venecia atraería muchísimos negocio y el dinero caería del cielo como caen las hojas en otoño, de la nada se dio cuenta que estaba llorando, no quería ser quien era, no poseía ya la misma madurez de antes, parecía que el chico que estaba al lado de su habitación el cual se hacia llamar Alejo era mas maduro y centrado que él mismo.
Él si era un trofeo de verdad, aunque no lo fuera, valía mucho oro y eso se agradecía, saco de su colchón un pequeño cuaderno marrón con amarillo y comenzó a escribir…

***

Me gusta el café con 2 terrones de azúcar, me encantan las noches solitarias donde estoy pensando cualquier cosa menos en tu presencia, debo admitir que el café no me gusta tanto como tus besos, esa combinación de placeres que siento al levantarme y encender un cigarrillo, abrir la ventana para que el sol entre e ilumine los malos recuerdos que de mi cabeza salen y se acorralan en cada espacio de mi piso, lo único dulce que tengo lo suministro en cada terrón que entra por el agujero de la taza aunque si por mi fuera tomara el café negro y doble así como mi corazón esta en estos momentos. Odio las despedidas, las detesto, odio no saber que hacer en algunos momentos, algunas veces puedo odiar las decisiones incorrecta que he tomado, el príncipe azul de ese cuento de hada es tan diferente a mi, no soy solo una capa y un caballo blanco, soy una persona que siente que se engaña en las mañana para no llorar porque sus padres no están con él, estoy buscando un cuento diferente, un cuento donde nadie calle el amor que siente, donde el equipo de béisbol sea mas sincero, donde el entrenador sea un poco mas sensible y se de cuenta que somos jóvenes, que nos enamoramos, sentimos, lloramos y reímos. Simplemente quiero estar en ese mismo lugar donde todo comenzó con un si, un saludo, una mano extendida y una oportunidad para amar. Quiero un café con 6 terrones de azúcar esta vez con una dosis más fuerte de la que estoy acostumbrado, ¿Cuántas personas enamoradas compartirán un café o una noche de pasión? Cuantas personas se estarán besando en estos momentos y dejando la presencia de algunos en la cama de otros, todos necesitan besos sinceros, esos besos que se dan bajo la noche y sabanas calidad donde lo único que importa son esos cuerpos cálidos que dan seguridad y confort. Envidiaba mucho a ese tal Alejo, el transpiraba confianza, dulzura y sobre todo seguridad, cosas que él no poseía, cosas que no se aprenden todos los días si  no aprendiendo de cada una de las fallas. Aplaudamos las victorias de las demás personas, seamos tan victoriosos como ellos, esa voluntad que tienen para levantarse un dia y así el mundo se le este cayendo siguen adelante como si nada, no se donde estoy en estos momentos, no se que es lo que estoy sintiendo ni porque lo estoy haciendo, estoy tan confundido, solo quiero que alguien venga a tocar la puerta en estos momentos y que su perfume inunde toda mi habitación para que aunque no se de cuenta sonreír a solas por sus locuras, comentarios o gracia que son tan espontaneas de una sola persona.
Cerró su cuaderno y se lanzo nuevamente contra su cama hasta que lo único que pudo despertar fue el sol que se colaba por la ventana con el sonido de unos nudillos en su puerta…

***

Al abrir su puerta se quedo impresionado, era Alejo quien se encontraba tocando, lo miro con tanto odio y le pregunto - ¿Qué quieres?.

Alejo solo le dijo: Quiero hablar contigo, anoche termine de leer el libro, ¿Puedo saber por que me lo regalaste? ¿Hay tantas cosas que quiero saber, quieres ir a desayunar?.

Dayer lo miro con tanta seriedad y lo único que le salió de sus  labios fue un “Lárgate” y la puerta se cerro en la cara del pobre chico que solamente quería desayunar con la persona que lo había echo feliz con tan solo regalarle un libro.

Se coloco detrás de la puerta dándole la espalda a la misma, sonrió y dijo: Tanta dulzura e inocencia no puede vivir en una misma persona, debería ser un delito pensarte tanto Alejo mientras que en el otro lado de la puerta se encontraba un chico con tanta rabia que lo único que dijo fue: 

ALGÚN DÍA YO TE HARÉ LO MISMO, PERO AHORA SOLO QUIERO GANARME TU CONFIANZA PORQUE AUNQUE NO SEA CENICIENTA NI ESTO SEA UN BAILE PODRE IRME A MI CASA ANTES DE LAS 12 Y TU ME BUSCARAS POR TODA LA CIUDAD Y YO NO TE ESTARÉ ESPERANDO. 

Te quiero Dayer aunque no se si tu me quieras a mi, pero algún dia lo harás


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